19/11/15

Seis conclusiones de las II Jornadas FAIM

Los días 11 y 12 de noviembre, las II Jornadas FAIM “Menores en dificultad: una mirada integral, un acompañamiento sensible”, acercaron a quienes trabajamos con infancia en dificultad, la experiencia y reflexiones de los profesionales que son una referencia en este ámbito por su sensibilidad y abordaje innovador de las problemáticas infantiles y juveniles.

Pedro Ruiz, José María Civeira, Gonzalo Musitu, Jordi Bernabéu, Silberio Sáez, Juan Carlos Romero, José Luis Mateos y María Jesús Mardomingo nos dejaron ideas que podemos pensar y trasladar a nuestras intervenciones desde la salud, los servicios sociales, la educación o la justicia. Compartimos desde aquí algunas de ellas:

  • Cuando hablamos de niños, adolescentes y jóvenes en dificultad, podemos decir que les “cura” minimizar  los síntomas, recuperar la funcionalidad, conseguir sus objetivos y sentirse queridos y apoyados. Para lograrlo, se pone de manifiesto la necesidad de que, entre todos, entretejamos un modo de hacer y reconozcamos la importancia de la continuidad en los cuidados y en las intervenciones educativo-terapéuticas que prestan los profesionales que acompañan a los niños, adolescentes, y jóvenes.

Por otra parte, como profesionales, siempre que sea posible tendríamos que llegar antes en la detección de aquellos comportamientos tempranos poco corrientes para atenderlos sin alarmas.
  • En relación a la salud mental, queda una tarea por delante para entender mejor algunos aspectos que guardan relación con la enfermedad mental y con las medidas terapéuticas a seguir. Armonizar miradas, medidas, y sensibilidades requiere una dedicación intensa por parte de todos. Además, el trabajo en equipo contribuiría a mejorar la salud de los pacientes de salud mental, por lo que se apunta como un reto.

Las investigaciones refrendan como sentirse querido, tener un lugar, y sentirse importante para las personas con las que uno convive, son aspectos que previenen la aparición de expresiones de violencia ascendente. Por  eso, se señala la importancia para el menor de que, con una mirada afectiva, se le tenga en cuenta.

Además, se pone de manifiesto que la expresión de algunos contenidos genéticos que tienen que ver con el desarrollo de problemas de salud mental, van a estar mediados por la influencia de los distintos contextos, y de las experiencias vividas. Aquellos niños o adolescentes que presentan expresiones de frialdad emocional conforman un pequeño grupo de gran gravedad.

Pedro Ruiz, Miguel Ausejo y José María Civeira.
Imagen: Aránzazu Navarro
  • En el ámbito de la sexualidad, resulta preciso actualizar los modos y el momento de abordar el trabajo reflexivo en torno a lo afectivo-sexual con los niños, adolescentes, y jóvenes; es decir, tener en cuenta las circunstancias de los menores a los que acompañamos e iniciar la educación sexual en primaria, cuando no hay miedo de los adultos a las consecuencias de la sexualidad del menor. Por otra parte, considerar el vínculo afectivo en las relaciones sexuales,  simular situaciones de pareja, llevar a cabo actuaciones que remeden vacunas contra los celos y mejoren la autoestima de los jóvenes, son algunas de las propuestas de trabajo que se hicieron en las Jornadas.

  • Más allá del uso de las drogas que hagan los adolescentes y de las dificultades que puedan generarles, está el papel del adulto significativo en sus vidas y la reflexión sobre dichos usos. El consumo responsable, el trabajo en la prevención, fomentando la responsabilidad y la autonomía, son estrategias educativas que pueden ayudar a reducir los daños del consumo. Además es conveniente distinguir bien el consumo que hace cada persona, valorándola en su conjunto y tratando de dimensionar adecuadamente dicho consumo.
  • En cuanto a las redes sociales, el reto es para los profesionales; tenemos que huir de la tecnofobia ya que existe un universo virtual en el que también se puede o se debe acompañar a los adolescentes, y se puede ser adulto significativo.

Más de 150 profesionales participaron en las Jornadas.
Imagen: Aránzazu Navarro
  • Los retos que plantean los profesionales de los ámbitos de la protección y la reforma están en el propio menor y en las instituciones. En el propio menor porque se considera que el éxito de la intervención está en el proceso de responsabilización pleno, en la conciencia de malestar del menor ante sus actuaciones. Por otra parte, se apunta a la necesidad de que las instituciones se coordinen mejor y sean más ágiles. Además, la irrupción de un número importante de problemas de salud mental hace necesario adaptar el manejo educativo-terapéutico de los profesionales.
Gonzalo Musitu y Raúl Gutierrez.
Imagen: Arázazu Navarro



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