La
Fundación para la Atención Integral del Menor, FAIM, ha celebrado su primera
actividad para profesionales en Teruel y lo ha hecho con una conferencia
impartida por Jaume Funes, “Adultos que quieren ser útiles en
las vidas adolescentes”, dirigida a profesionales de la
educación y los servicios sociales. Como dice el gerente de la Fundación, Pedro
Coduras, “queremos tener una presencia activa y aportar la experiencia de
FAIM en Teruel, como ya hacemos en Zaragoza, a través de actividades de
formación o propuestas de reflexión y debate”.
Esta
primera jornada se celebró en el Museo Provincial de Teruel y contó con la
participación de numerosos profesionales que comparten inquietudes porque,
desde sus diferentes ámbitos de trabajo, se relacionan con las adolescencias.
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Durante la conferencia se enmarcaron las características de la
adolescencia: “es una etapa para ser feliz y para experimentar y descubrir”, explicó
Funes añadiendo que los adolescentes “necesitan dos cosas: que no los
miremos con animadversión y saber que están acompañados, que hay adultos que
están disponibles para lo que necesiten”.
Jaume
Funes también hizo referencia a la posición que ocupan los profesionales
respecto a los jóvenes: “pensad que sois una oportunidad
para los adolescentes, y si no confiáis en que los chavales pueden cambiar, no
os dediquéis a esto” . Además ofreció una serie de “criterios
optimistas” para trabajar con adolescentes.
Por
una parte, el psicólogo cree que es necesario que ajustemos el enfoque de la
mirada a las necesidades del adolescente y aprendamos a ver el significado de
sus vidas o a preguntarles sobre sus vivencias. “Tenemos que dejar de
considerarlos menores y tratarlos como sujetos responsables”, explicó.
El papel de los adultos es el de ayudar
a que construyan sus límites y a tomar decisiones, y también a acompañarles en
las consecuencias de esta toma de decisiones.
Además,
Funes propone que dejemos de identificar todos los conflictos que tengan con
los problemas y que controlemos la
angustia que nos producen los riesgos que viven. Tenemos que recordar que la
adolescencia también es una época de malestar y podemos convertirnos en adultos
próximos a ellos.
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